La cocina turca y la evolución de sus tradiciones y sus recetas han ido mejorando desde la época del Imperio Persa. Este proceso de transformación en sus platos convierte la comida turca en una de las más creativas y refinadas que existen.
Con un respeto absoluto por la tradición y por la calidad de los productos, los ingredientes con el que preparan sus recetas son los mismos que se cultivan en Turquía de siempre. La frescura de los alimentos es de suma importancia en sus elaboraciones.
La cultura gastronómica de este país se origina con el auge del Imperio Otomano. Este pueblo conquistó el este de Europa y Oriente Medio y su dominación en estos territorios duró casi dos siglos.
La influencia de los productos, los matices en el sabor y las técnicas empleadas a la hora de cocinar de estos territorios dominados por los turcos aún se puede percibir.
Junto con la francesa o la china, la gastronomía turca está considerada una de las más relevantes a nivel global.
La cultura de este pueblo y su naturaleza comerciante le ha hecho durante siglos desplazarse por muchos lugares distintos. Entrando así en contacto con otros pueblos, y con sus costumbres culinarias y sus recetas.
Ingredientes más típicos
La cocina turca se puede definir como una dieta variada, equilibrada, rica y sana. Las materias primas son generalmente locales, frescas y de calidad. Entre los ingredientes más populares están la berenjena , los tomates, los pepinos, pimientos y verduras muy variadas.
Por los ingredientes utilizados en la elaboración de sus recetas, la turca también forma parte de la dieta mediterránea. Las cebollas, el aceite de oliva, las legumbres, las aceitunas negras. La variedad de sus productos es inmensa y también incluye carnes (ternera, pollo y cordero) y pescados.
Las salsas y las especias turcas
Un dato curioso es el empleo tradicional del yogurt en esta cultura para cocinar en general cuando en los países del oeste se toma como postre. El yogurt se usa mucho como salsa en platos de carne y de pescado, y es un ingrediente fundamental en las sopas.
Cómo ocurre en la mayor parte de las cocinas orientales la mezcla de especias es algo que no puede faltar, y en el caso turco también están muy presentes. Las más famosas el eneldo, la menta, el comino, el laurel o la pimienta de Alepo.
Los postres, el café y el té
Los dulces turcos se pueden dividir en cuatro tipos: los pudins y postres elaborados con leche, frutos cocidos, pastelería y fruta fresca que es sabrosa, abundante y tan variada como su gastronomía. El blaklava y el lokum son los más conocidos en general.
Tanto el café como el té, forman parte del ritual de hospitalidad que ejerce este pueblo desde hace siglos. El té de media tarde forma parte de la rutina de casi todos los hogares turcos y se suele acompañar con dulces, pasteles o galletas.
Turquía es un país autosuficiente desde el punto de vista alimenticio. Y unos de sus grandes aciertos de su cocina es que está cimentada en el empleo de productos frescos de sus propias cosechas. Su variedad de pescado, carne y cultivos es inmensa.
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