¿No consigues dar con el punto exacto del arroz blanco al cocerlo? El arroz es una de las comidas más habituales y recurridas de nuestro menú diario tanto como guarnición o como único plato. Las múltiples posibilidades de presentación y formas diferentes de prepararlo lo convierten en un alimento muy versátil. Pero no todo el mundo consigue dar con el punto perfecto del arroz y que «no se pase». Hoy pondremos fin a este problema con una serie de trucos para que tu arroz blanco quede espectacular.
Errores que te alejan del arroz blanco perfecto y cómo solucionarlos
Preparar arroz puede parecer fácil. Hacer un sofrito, una salsa o acompañarlo con verduras u otros ingredientes que potencien su sabor es sencillo y es quizá el aspecto al que más atención prestamos. Pero, ¿y qué ocurre si se te pasa el arroz? Hacerlo en su punto es la tarea más complicada a la hora de cocinarlo y eso sucede porque cometemos siempre los mismos errores. Hoy te señalamos unos trucos y técnicas para que no te ocurra nunca más. Independientemente si vas a preparar arroz blanco, caldoso, un risotto, etc.
Utilizar cualquier tipo de arroz
Si tienes pensado hacer un arroz caldoso, comprar uno basmati será un error que repercutirá en el resultado final de tu plato. De la misma manera que este plato ofrece un sinfín de posibilidades para cocinarlo, no se obtiene el mismo plato si utilizas cualquier tipo de arroz. No todos se adaptan bien a los diferentes procesos de preparación.
Cada arroz tiene su finalidad y es por ello que hay que leer bien las etiquetas de su envase antes de comprarlo.
Arroz caducado
Además, si en tu despensa tienes un arroz que ya caducó hace un tiempo. Si no es excesivo, puedes aprovecharlo. Pero tienes que tener en cuenta que este arroz estará más seco, por tanto, necesitará más agua o caldo. Pero si la zona en la que lo has guardado es un lugar con bastante humedad (cocina, por ejemplo), que no es muy recomendable, habrá absorbido humedad. Antes de proceder a cocinarlo, revísalo bien. Así te asegurarás de que no lo consumes en mal estado, con moho, entre otros problemas.
No lavar el arroz
Un paso que se nos suele olvidar es lavar el arroz blanco. Hay quien piensa que al hacerlo pierde sus nutrientes pero eso no es así. Si lo haces, retirarás el exceso de almidón y posibles impurezas (polvo, cáscaras, etc) que te acercará más a su punto perfecto. Te adelantamos que lavarlo no influye en su sabor. Además, es beneficioso para tu salud enjuagarlo antes de cocerlo por una sencilla razón: puede contener pequeños niveles de arsénico que se pueden reducir haciendo este paso previo.
Cocinar arroz blanco en cualquier olla
Otro de los errores que cometemos antes de preparar arroz es pensar que en cualquier cazuela quedará igual de bien. Lo óptimo es elegir una que reparta el calor de manera uniforme y no se haga más por un lado que por otro y que retenga el calor. En cuanto a la altura de la olla o cazuela, una más alta si queremos hacerlo más caldoso porque concentrará más el vapor que lo hará más meloso. Y una más bajita si queremos que tenga una textura más seca o más suelta. Y no es recomendable utilizar una olla vieja porque tenderá a pegarse más.
No prestar atención a las proporciones y tiempo de cocción
Hay platos que tienen unas «condiciones» más laxas para prepararlos, es decir. podemos utilizar más agua, más ingrediente, etc. Pero en el caso del arroz, si utilizas menos agua de la que necesita pueden ocurrir cosas que seguramente no deseas: que se pegue o que se queme. Y de lo contrario, si añades más de la cuenta, se quedará como si fuese una sopa de arroz y se reblandecerá, algo poco agradable al gusto. De igual manera tienes que respetar la cantidad de arroz que agregas al agua.
Si persigues que tu arroz blanco quede más meloso, la proporción ideal de agua sería de dos tazas y media de agua o caldo por cada una de arroz. Y no solo esto, sino que al empezar a hervir -a fuego alto- el líquido es cuando debes incorporar los granos para que no se pegue al fondo de la cazuela. Después remúevelo para que se mezclen los ingredientes y reduce el fuego a medio o bajo durante unos 15 o 20 minutos. Pero en ese periodo no hay que removerlo más porque soltará más almidón y eso no es aconsejable. Finalmente, cuando haya absorbido todo el líquido apagar el fuego y dejar reposar.
Además, el punto perfecto variará para cada uno de los múltiples tipos de arroz blanco que podemos encontrar en el mercado. Si es arroz blanco largo se debe añadir dos tazas de agua por cada una de arroz, igual para el basmati. Si es de grano redondo, requerirá dos tazas y media de agua por cada una de ingrediente. Y el que más líquido necesitará es el arroz integral. Esta variedad más saludable necesitará unas cuatro tazas de agua por una de arroz además de un mayor tiempo de cocción.
Servirlo antes de que repose
Por mucha hambre que tengamos hay que dejar que el arroz repose unos cinco minutos antes de hincarle el diente. Esto tendría que ser una de las reglas básicas y obligatorias a la hora de preparar arroz blanco u otras variantes. Unos minutos antes de que esté totalmente evaporada el agua, apagamos el fuego y lo dejamos tapado. Si no le damos el «tiempo necesario» al arroz para que termine de hacerse solo no le permitiremos exprimir al máximo su sabor.
En este vídeo encontrarás cómo cocinar el arroz blanco para que quede en su punto:
Con estos consejos seguro que tu arroz blanco queda en su punto perfecto y con un sabor espectacular. ¡Ponlos en práctica todos!
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