Las judías verdes son puro sabor agradecido. En estos momentos veraniegos es cuando mejor están. Vamos a darle tralla a esta verdura. Con ella se pueden hacer recetas muy interesantes. Al comprar las judías verdes, fijaos que su color esté vivo, que no tengan manchas, que se las vea rígidas y que no tengan rastro de oxidación. Son cosas importantes para asegurarnos un plato con un gran sabor.
Esta receta, es muy sencilla pero llena de sabor. Basta con que parte de las judías que habéis comprado, tal cual están, las trituréis con un poco de agua o nata, albahaca y mostaza. En ese jugo colado cocinaremos nuestras judías cortadas al gusto del consumidor, tras lavarlas y cortar las puntas.
¿Qué ingredientes se necesitan para conseguir esta receta de judías verdes?
Los ingredientes para conseguir este fresco e interesante plato son muy accesibles. Se trata de productos que fácilmente podemos encontrar en nuestras neveras.
– 250 gramos de judías por persona.
– Albahaca.
– Mostaza.
– Nata.
– Mantequilla.
Ahora para conseguir este plato sigue estos pasos
Primero se deben rehogar las judías verdes cortadas, en mantequilla o aceite. Cuanto mas las rehoguéis menor cocción con el jugo tendrán. Con cinco minutos de rehogue será suficiente. Lo que me gustaría es el que jugo lo añadierais poco a poco. Para conseguir el punto más óptimo se debe tratar como un risotto. Además así conseguiremos un color más intenso, pues los colores vivos con el calor tienden a oscurecer.
Pero bueno esta cocción tratad de hacerla a fuego medio, que estofe tranquilo y tapada, las judías son una verdura que tarda en ablandar, ya vosotros decidiréis la textura que más os guste. Con una textura fundente pero ligeramente crujiente ,tendremos el flow necesario para potenciar este plato. Desde el principio del guiso podéis añadir patatas y cocerlo todo junto. Aunque éstas compañeras cogerán mucho del caldo de cocción. Pese a ello estarán riquísimas.
Cuando tengáis la textura deseada de la judía podéis dar por terminado el proceso. Eso sí, tratar que queden con bien de salsa. Por eso también lo de hacerlo como un risotto y añadir el caldo por tandas…no quiero ni que os quede seco ni aguado.
Tenéis la opción de finalmente añadir más albahaca , bien picada o triturada. Tened en cuenta que esta hierba tiene un sabor bastante potente…no queremos quitarle el protagonismo a la humilde y sexy judía. Pero la verdad que la albahaca es el complemento perfecto, en su justa medida, puesto que le da un punto de sabor extra al plato.
Con esta receta, querría que reflexionarais de la cocción de algo en su propio jugo. Es una forma de cocinar los productos más que interesante. Con ella se potencia el sabor de una forma espectacular. Con cualquier verdura puedes hacer un jugo y cocinarlo en él. Podéis jugar asando primero la verdura y después triturarla, aliñarla, braseando…hay que divertir al estomago con la creatividad.
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