Una cocina con personalidad muy propia
La cocina marroquí tiene influencias culturales procedentes de distintos continentes. Este país goza de una larga tradición culinaria que se manifiesta en la riqueza y la variedad de sus aromáticas recetas.
Comparte rasgos e ingredientes con la cocina bereber, árabe, de Oriente Medio, mediterránea y africana. Aun así, conforma una gastronomía única, con personalidad propia. El Imperio Otomano nunca llegó a sus fronteras con lo que no tiene influencias turcas.
El carácter familiar y social de Marruecos
Su refinado empleo de los condimentos y de las especias convierte a la cocina de Marruecos en una de las más interesantes y variadas. Posee un carácter muy familiar. Su elaboración es casi siempre de una forma casera. Tradicionalmente la cocina es un espacio reservado sólo para las mujeres, pasando las recetas, por tradición verbal, de madres a hijas.
La parte social de las comidas se sigue manteniendo, sentarse en torno a una mesa con la familia o con los amigos y compartir platos caseros sigue siendo parte de su filosofía de vida.
En sintonía con su influencia mediterránea la cocina marroquí está compuesta por una interesante variedad de verduras, hortalizas y cítricos, integradas de forma muy inteligente en su multitud de platos. También emplean aceites vegetales, el de oliva es uno de ellos, y en algunas regiones el de argán.
Las recetas más típicas de la gastronomía marroquí
De las recetas más populares y conocidas destacan el cous cous y el tajín. El primero está hecho con semolina de trigo y suele ir acompañado de verduras, pollo o cordero. El segundo es un estofado de cordero o de pollo que recibe su nombre por el recipiente de cerámica donde se cocina.
En la cocina marroquí, las recetas con pescados y mariscos son frecuentes en las zonas de costa. Se caracteriza por su asequible precio y su gran calidad. Es más difícil encontrar estos productos en el interior del país.
Cominos, cilantro, perejil, jengibre, canela, azafrán, pimienta negra, el número de especias de su cocina es algo extraordinario. El ras hanut es una mezcla de condimentos y especias elaboradas por los comerciantes y que se venden en los mercados.
Las aguas de rosas, de azar y de jazmín, y la menta fresca aderezan también a los cítricos en ensaladas y postres. Estos ingredientes junto con la miel, los dátiles y los frutos secos son los reyes indiscutibles de los dulces marroquíes.
La importancia cultural del té en Marruecos
Y como broche final un buen té moruno, una de las bebidas favoritas de los marroquíes y que está muy conectada a su cultura tanto dentro como fuera de sus fronteras. El té es sin duda uno de los elementos más representativos de su gastronomía como costumbre social.
Consumido hasta cinco veces al día, el té verde acompañado de hojas de menta es un placer al que no te puedes negar. Cuando se toma después de las comidas suele servirse acompañado de alguno de sus deliciosos dulces.
Los hombres por tradición están vetados en la cocina. Para ellos queda el aprendizaje del té con menta y de los platos que se puedan cocinar en el exterior como los asados o los pinchos. El pan suele elaborarse cada día en casa, en el horno.
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