Llega una de mis épocas favoritas del año: la Semana Santa. Y no por las vacaciones… sino por las torrijas de leche. Para mí, comer es un placer. Y, como tal, disfruto las festividades a lo largo del año por los platos típicos de cada una. Soy fan incondicional del roscón de reyes, los buñuelos de viento, los huesos de santo, el pavo asado, los bombones en caja de corazón… la lista podría ser interminable. Si no contamos con la operación bikini.
Pero como eso todavía queda lejos, os traigo una receta muy especial de las torrijas de leche. Nada más y nada menos que la de mi abuela. Así que no la compartáis mucho ni lo vayáis diciendo en alto. Que no me gusta presumir.
* Consejo: si queréis saber qué clase de torrija fuiste en otra vida, os recomiendo que hagáis este test. Conmigo acertaron de pleno: torrijas de leche, por supuesto.
Receta de las torrijas de leche
Se trata de un proceso un poco largo, pero muy sencillo. Y los ingredientes seguro que los podrás encontrar en tu cocina sin problemas.
Ingredientes para las torrijas de leche (8 personas):
– 1 pan de torrijas (preferentemente comprado el día antes de hacerlas)
– 1 litro de leche hirviendo
– 3 cucharadas soperas de azúcar
– 3 huevos
– 1 litro de aceite (sobrará)
Una vez que hayas reunido todos los ingredientes, ponte el delantal y, ¡manos a la obra!
1. Corta la barra de pan en rodajas de un dedo de grosor (2cm) y colócalas en una fuente algo honda.
2. Aparte, pon la leche a calentar con las tres cucharadas de azúcar. Cuando esté a punto de cocer, viértela sobre el pan. Déjalas reposar una hora para que se empapen bien.
3. En un plato sopero, bate los 3 huevos como para una tortilla.
4. Llega el momento de freír las torrijas. Primero, pon todo el aceite a calentar en una sartén mediana. Coge las torrijas una a una con una espumidera y rebózalas rápidamente en el huevo batido antes de colocarlas en el aceite ya caliente. Cuando estén doradas por un lado, dales la vuelta con mucho cuidado para que no se rompan. Sácalas y déjalas escurrir un poco sobre papel de cocina en un plato.
5. Colócalas en la fuente en las que las vayas a servir, espolvoreándolas con azúcar. Se pueden servir al gusto: o templadas o frías.

Personalmente, a mí me encantan las torrijas bañadas en almíbar. Les da un toque fresco que contrasta estupendamente con la textura compacta del pan mojado en leche. Si te animas a probarlas así, utiliza medio litro de leche en la receta de arriba en lugar de uno entero para empaparlas. Y, una vez fritas y colocadas en la fuente, se rocían con el almíbar que te detallo a continuación.
Ingredientes para el almíbar:
– Medio litro de leche
– 125 gramos de azúcar
– 2 cucharadas de miel
– Canela en polvo al gusto
1. Pon a cocer la leche con el azúcar unos 8 minutos.
2. Añade la miel y la canela y déjalo cocer otros 5.
3. Apártalo del fuego y, mientras aún esté caliente (pero no hirviendo), vierte el almíbar sobre cada torrija con una cuchara sopera.

Con esta receta, infalible donde las haya, seguro que os salen para chuparse los dedos. Pero si preferís un tutorial más visual, os dejo este vídeo con indicaciones paso a paso:

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