La influencia de la publicidad en los sectores más jóvenes de la población, está provocando un preocupante incremento de la obesidad infantil. Los menores reciben una importante cantidad de impactos publicitarios para consumir productos pocos saludables.
La publicidad y la obesidad infantil
Que la publicidad tiene una gran influencia en los hábitos de consumo de la audiencia es algo ya conocido. La construcción de mensajes publicitarios persuaden al destinatario. Con ella se crean necesidades que, a priori, los potenciales consumidores no tienen.
En un mundo mediatizado y globalizado, saber que vivimos bajo la influencia de los influjos publicitarios es algo que la mayor parte de la población puede llegar a asumir. O asume directamente. La capacidad persuasiva de la publicidad se orienta a todos los targets del mercado. Ancianos, jóvenes, personas en plena madurez. Incluso a niños.
Los niños, desde sus primeras tomas de contacto con el entorno que les rodea, están sometidos al potencial persuasivo de la publicidad. Este sometimiento parece tener un efecto muy negativo en su vida futura.
Un estudio reciente de la revista médica especializada The Lancet habla de la preocupante vinculación entre la publicidad y la obesidad. El exceso de peso se está convirtiendo en una de las grandes lacras de las sociedades modernas. De esta forma la obesidad es el responsable de dolencias de todo tipo, enfermedades que acortan la vida entre ellas.
La publicidad incide directamente en la alimentación de las audiencias. Son muchos los anuncios y mensajes publicitarios construidos en torno a productos alimenticios. El problema surge cuando estos mensajes se construyen en torno a alimentos que poco tienen de saludables.
Una de las claves por las que triunfan este tipo de productos es porque se asocian con estímulos positivos. Cuando una artículo se asocia a una experiencia positiva como regalos o premios se incrementa las ganas de consumirlo. Más aún cuando el público objetivo es fácilmente sugestivo, como los niños.
La utopía de los productos saludables
El efecto de la publicidad hacer incluso que este tipo de productos se vendan o promocionen como sanos y saludables. La política de actuación en este caso es anunciar la presencia de algún componente como vitaminas o minerales como respaldo.
Artículos relacionados con la bollería, la comida rápida o los refrescos se promocionan como el tótem de la vida healthy. Sin embargo suelen ser los productos con una mayor aportación calórica. Muy bajos en nutrientes y con un alto contenido en sal, grasa y, sobre todo, azúcares.
Los menores en edad escolar se enfrentan a una exposición excesiva a este tipo de mensajes. En concreto, según estudios de la Escuela Nacional de Salud Pública, el 75% de los anuncios que ve a diario un menor están vinculados con productos que no debería consumir.
Consumidores de futuro 
Crear esa necesidad en estos grupos de consumo garantiza ventas de futuro. Si se consigue calar y conquistar los paladares de los consumidores desde su infancia, conseguirás una proyección de ventas a largo plazo interesante. Desde la industria alimentaria se justifican afirmando que los consumidores eligen libremente lo que comen. Falso.
La propia praxis científica ha demostrado en reiteradas ocasiones la influencia de importantes factores ambientales en el consumo de los individuos. Muchos de ellos están fuera de su control. La distribución en masa, los precios baratos, publicidad intensiva son algunos de ellos.
En definitiva la influencia de estos factores es algo que conocen y con lo que se juega desde la industria alimentaria. No se obliga al público a consumir un producto. Pero si se «orienta» su decisión.
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