Un extraño pasajero nos acompaña en nuestro día a día. Un parásito oculto que nos mata poco a poco. Es el componente que ha conseguido unir a cadenas alimenticias y nutricionistas, a ecologistas y políticos. Es el ingrediente que ha desatado la alarma social y al que todo el mundo hace frente, aunque le teman. Está presente en artículos en los que jamás podríamos imaginar. Se trata del enemigo público número 1 del momento: el aceite de palma.
Procede del Elais guineensis. Es un árbol originario del continente africano que se ha extendido como una plaga a lo largo y ancho de la franja tropical. Actualmente es el aceite con un mayor consumo a nivel mundial. Además, según los datos de la FAO se trata del aceite que más se comercia a nivel internacional.
¿Realmente es tan preocupante el consumo del aceite de palma? Por desgracia la respuesta a esta pregunta es sí. La ingesta de este ingrediente se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Su alto contenido en grasas saturadas lo convierte en una bomba de relojería del colesterol.
La Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria realizó una investigación sobre el proceso de refinamiento del aceite de palma. A través de ella se descubrió que en este proceso el aceite está sometido a temperaturas superiores a los 200ºC para anular el sabor y el olor. En esta exposición a tan altas temperaturas se liberan compuestos carcinógenos ( que provocan cáncer) y gemotóxicos ( que alteran y dañan el ADN).
Pero los estudios sobre lo perjudicial acerca de este producto no quedan ahí. De hecho en el año 2011 una investigación publicada en «Globalization and Health» se vinculaba su consumos con unas elevadas tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. En concreto, por cada kilo adicional de aceite de palma consumido anualmente, las muertes por cadiopatía isquémica se incrementaban 68 por cada 100.000 habitantes en países con poco poder adquisitivo y 17 en los de mayor nivel de vida.
El aceite de palma está en muchos de los productos que consumimos a diario y usamos a diario. De ahí su peligrosidad: si no llevamos un cuidado exquisito principalmente con la alimentación nos estamos excediendo en el consumo de grasas poco saludables. Se puede encontrar además de en productos de alimentación en artículos de la industria cosmética, (como en jabones o cremas )pero también en combustibles como el bio diesel.
Polémicas por el uso de aceite de palma
Su presencia en determinados productos de consumo alimenticio ha desatado la alarma en las redes sociales. Un ejemplo de ello es el de las leches y otros productos de alimentación infantil. En artículos de marcas como Netstlé o Hero incorporan en sus productos el elemento maldito. Las reacciones de padres indignados llenan las redes sociales.
En esta línea, las empresas fabricantes de este producto argumentan que el aceite palmítico es un componente importante de la leche materna, ya que representa el 25% de los lípidos en su composición. Los productores justifican su inclusión en los productos infantiles en aras de conseguir un producto lo más parecido al natural.
El problema está en que el aceite de palma tiene dos caras. El que proviene de la leche materna es el beta-palmito y el de las leches infantiles es el alfa-palmito. Este segundo es el que impide que que se absorvan correctamente algunos nutrientes como las grasas y el calcio. Es el que puede perjudicar la salud.
El caso de Nutella
Pero no sólo se ha desatado la guerra con los productos infantiles. Algunas grandes marcas han sufrido las consecuencias de incluir entre sus componentes el aceite de palma. Desde el mes de enero muchos medios se hacían eco de una noticia de importante calado social respecto a una importante marca: la Nutella provoca cáncer.
La información sale de un estudio realizado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En él que se considera a los derivados del glicerol como tóxicos y posiblemente cancerígenos. Esta glicerina vegetal se fabrica directamente desde aceites vegetales como el aceite de palma o el de coco.
En respuesta a ello la empresa Ferrero (fabricante de Nutella) defendía que el uso de aceite de palma. «No provoca cáncer y es inocuo desde el punto de vista alimentario». Ante el impacto de una noticia de semejante alcance desde expertos en seguridad alimentaria se pronunciaron. Una de ellas era como Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y experta en seguridad alimentaria.
En concreto Robles afirmó en una entrevista realizada para El País que la información estaba descontextualizada. «El riesgo absoluto de desarrollar una enfermedad son las posibilidades que tiene una persona de contraerla a lo largo de toda su vida dentro de su grupo de referencia».
¿En qué productos se encuentra?
Es cierto que por el momento ni las autoridades sanitarias europeas , ni agencia de los EEUU para la regulación de los alimentos (FDA), ni la OMS ha prohibido el aceite de palma. También lo es que autoridades sanitarias insisten en sus recomendaciones en evitar el consumo de ácidos grasos saturados como el palmítico.
Suprimir en aceite de palma de nuestra alimentación es una tarea complicada. Al analizar las etiquetas nutricionales de muchos de los productos de consumo diario se comprueba su presencia.
Quizás lo apropiado para evitar el desarrollo de enfermedades futuras sea evitar el consumo de productos que contengan este componente. Aunque no se pueda suprimir de todo su consumo, se puede chequear cuáles son las marcas que mayores cantidades de aceite de palma.