¡Oh, Yogur griego! Que delicia la textura de su cremosidad y que sabor tan divino. Por un montón de motivos os enseñaremos cómo hacer yogur griego. Con esta fácil receta veréis que su rico sabor es algo más que una moda.
¿Te apasiona el yogur Griego?
A ver ¿cuántas recetas habéis leído que lleven entre sus ingredientes un poco de yogur griego? Pues, seguro que muchísimas, muchas personas se están motivando a probarlo. Pero, está moda no es simplemente porque sí, es gracias a que es un producto muy delicioso. Además de su sabor, el yogur griego tiene unas cualidades perfectas que las comentaremos más adelante.
Aunque el origen del yogur griego no es muy exacto, se piensa que los turcos lo presentaron ante la cultura mediterránea en la Edad Media. El yogur comenzó a seducir a todo el que lo probaba en Grecia, tanto así que crearon una variedad autóctona. Algunos de nosotros, cerramos los ojos para imaginarnos en Santorini, con ropa de baño y yogur griego en mano.
Hubo una época en la que se consideraba que el yogur de este tipo se elaboraba con leche de cabra o de oveja. Esto, para poder ser diferenciado del yogur tradicional obtenido por la leche de vaca. Sin embargo, vieron que esto no es exclusivamente de esta forma. El yogur griego es un producto lácteo que se fermenta a partir de varios grupos de bacterias. Una de sus características principales es que esta variedad es más espesa, dulce y cremosa que la tradicional.
Aspectos interesantes sobre este tipo de yogur
Este yogur contiene una cantidad de lactosa menor que el tradicional, por ello para personas sólo con un poco de intolerancia les puede venir bien.
La técnica que se utiliza para elaborar el yogur griego, es filtrar su suero. Esto, hace que se de una concentración de proteínas, minerales, grasas y demás componentes que cambian su composición. Dichos elementos que se concentran pueden llegar a aumentar su proporción. Esto, lo que quiere decir es que en el caso de la proteína se tendrá en más cantidad que el convencional.
Beneficios de este yogur
Vamos, que quizás todavía no te hemos convencido de que agregues el yogur griego a vuestra dieta. Por ello, traemos los beneficios de este yogur, quién sabe quizá hasta la heroína de Marvel se atreva a degustar esta delicia.
Ya dijimos un poco más arriba, sus proteínas se multiplican. Vosotros ya sabéis lo importante que son estos macronutrientes para nuestro cuerpo. Utilizarlo el yogur como postre es una buena alternativa porque es una fuente de proteínas de calidad. Por otro lado, dichas proteínas son de fácil asimilación, en comparación de las de origen animal.
Este alimento es una buena fuente de probióticos naturales. Al consumirlos estamos ayudando a nuestro organismo a mejorar nuestra estado físico, corporal y por supuesto de salud. Por suerte, también es una excelente fuente de yodo, que nos ayuda a tener nuestro peso donde debe ser. Por si no lo sabéis, el yodo es necesario para mantener una función de forma óptima la glándula tiroides.
El yogur griego, tiene muchísimos más beneficios, pero sabemos que tenéis ganas inmensas de prepararlo. Así, que sólo deciros que también nos ofrece calcio, potasio y vitamina B12.
¿Listos para preparar la receta de yogur?
Pues esperamos que sí, así que ya os vamos a contar los pasos que necesitáis hacer para obtener este rico yogur. No os preocupéis si no tenéis yogurtera, esta receta la podréis hacer tranquilamente. Será tan fácil, que casi que durante el proceso podréis hacer un poco de yoga para disfrutar el momento. Lo que si necesitaréis será un termómetro, un paño o gasa y un par de botes o tarros de cristal para guardar el yogur.
Ingredientes | ||
750 ml de leche homogeneizada. | 125 gramos de yogur natural. | |
500 ml de nata líquida. |
Pasos para la preparación de esta receta
1 | Para comenzar nuestra receta del riquísimo yogur griego, lo primero que haremos será localizar una olla grande. Allí a fuego medio comenzaremos a calentar nuestra leche, junto a la nata. Debéis estar atentos en todo momento, porque justo el instante en que comienza a hervir es cuando la debéis apagar. Apartamos fuera del fuego la olla con la leche y la nata. |
2 | Debéis esperar que la temperatura de vuestra leche y nata baje hasta unos 60 ºC. En ese momento, pasaréis a añadir el yogur natural y lo mezclamos con una cuchara de madera. Debe ser así, o de plástico, más nunca debe ser de metal porque no dejará que se fermente bien el yogur. |
3 | Luego de que han mezclado el yogur con la nata y la leche, pasaréis a colocar el resultado en los tarros o botes de cristal. Debéis estar seguros de que ellos estén muy bien esterilizados. Una vez estén todos los botes o tarros llenos, los vamos a tapar y reservamos por unas diez horas en un lugar cálido. |
4 | Después de que pase este tiempo, deberéis comprobar que esté bien cuajado. Tenéis que localizar una gasa o paño de algodón, que no haya estado contacto con suavizantes ni detergentes. Pasaréis a buscar un bol grande. Allí procederéis a colar el yogur que está en los recipientes. Lo podéis meter en una nevera para que el proceso se realice con calma porque puede durar un par de horas. En el paño o gasa quedará el yogur griego, lo que queda en el recipiente es el suero de leche. Podéis colocarlo nuevamente en tarros y llevar yogur a la nevera por unas cinco horas o seis, para que esté muy frío. ¡Y listo, tenéis vuestro yogur griego hecho en casa! |
¿Con qué podemos acompañar la elaboración?
Pues es un alimento muy versátil, que puede servir para gran variedad de recetas. Podéis hacer tartas con él, utilizarlo como aderezo de ensaladas. O simplemente preparaos una merienda con él en vuestro desayuno con avena rica o frutas de temporada.
Esperamos que esta receta os haya gustado, es fácil, un poco laboriosa pero su sabor premia. Además, es un alimento tan nutritivo y tan rico que dan ganas de hacerlo. Que lo disfrutéis muchísimo y que nos contéis ¿Con qué soléis utilizar el yogur griego?
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