“Como en casa, en ningún sitio”. Esta es la realidad. Prepararte platos caseros a tu gusto hoy en día es lo más saludable y económico para comer sabroso y bien.
Todos sabemos que la cocina requiere bastante tiempo y dedicación. Aunque no lo es tanto si tienes a mano los ingredientes correctos y unos pasos detallados de cómo elaborarlo de la forma más sencilla. Por eso seguramente nunca te hayas parado a hacer una receta de pan casero. O en el caso de que lo hayas llegado a hacer, el resultado no ha sido el que esperabas.
Pero no te preocupes. Se ha acabado el comprar pan congelado de la tienda de la esquina sólo por la pereza de no querer cocinar. Coge levadura, harina, agua, y enciende tu horno. Aquí tienes varios consejos para que puedas disfrutar de un pan sabroso y saludable, preparándolo con tus propias manos.
Controla la temperatura del horno.
Lo habitual es que en casa no tengas un horno de leña tradicional y vayas a preparar el pan en tu horno eléctrico. Para eso, tendrás que conseguir la temperatura adecuada y precalentarlo con unos valores concretos. En este enlace encontrarás información detallada sobre cómo hacerlo para conseguir el punto de cocción perfecto sin que quede seco.
Es importante conseguir la temperatura adecuada para garantizar que nuestro pan tenga el cocinado adecuado. Cuando la temperatura no es adecuada no conseguiremos una cocción uniforme.
Ferméntalo dos veces.
Aunque a elaboración del pan no sea muy costosa, requiere mucho tiempo de espera. Por eso es necesario que empieces a cocinarlo con un día de antelación.
- En primer día: dejas mezclada la masa (harina, agua y levadura) y esperas a temperatura ambiente 30 minutos. Cuando haya pasado este tiempo, mete la masa en la nevera dentro de un bol cubierto con un trapo.
- 24 horas después: saca la masa y déjala a temperatura ambiente durante 30 minutos. Pasado este tiempo, moldéalo como tú quieras y déjalo fermentar 2 horas. Una vez hecho esto, precalienta el horno y mételo a cocinar.
Corrige la masa con agua
Nunca añadas harina de más. Si te ha quedado duro, echa más agua, pero si te excedes no vuelques más harina. Las cantidades de la receta están proporcionadas unas con otras y si agregas más harina, te tocará compensar con levadura sin saber la cantidad exacta que necesitas. Por eso, para que se mantenga el sabor y la textura esperada en el resultado final, nunca añadas más harina de la indicada en la receta.
Añade otros ingredientes
Puede ser al cocinar el pan no te resulte tan sabroso como otros artesanales de las propias panaderías. Para eso evitar esto, prueba a experimentar. Utiliza azúcar para endulzarlo un poco, leche para suavizar tu masa, frutos secos para crear pan de pipas, mezcla ajo en tu pasa para hacer pan de ajo, etc. Sólo tienes que experimentar dejando que fluya tu imaginación.
Mezcla muy bien la masa.
Es muy importante que los ingredientes queden homogeneizados y no encuentres ningún grumo dentro de la masa. Si los hay tendrás un resultado que te decepcionará cuando acabes de cocinarlo.
Si la masa no es homogénea, el pan quedará mucho más seco y apelmazado. Hará que la levadura no actúe de manera eficaz y quede muy apelmazado. Por eso, te recomiendo que tengas paciencia y amases suavemente durante el tiempo estimado.
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